-Lo amaba.
El runrún, era sosegado.
Cálido. Amable me atrapaba.
Sentía mi cuerpo volar por las nubes
de algodón palpitaban mis ojos, caminan
a todas horas y esperan ese susurro arco-
iris en mis labios simpaticomimeticos.
Cortés. Delicado me deleitaba.
El grito, era envenenado.
-Lo amaba.
José Luis Segura Coronil.
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